El 14 de agosto de 2020, el mundo del fútbol presenció uno de los partidos más sorprendentes y decisivos en la historia de la UEFA Champions League. El Estadio da Luz en Lisboa fue el escenario donde el Bayern Múnich no solo derrotó, sino que desmanteló al Barcelona con un marcador aplastante de 8-2. Este encuentro no fue solo un partido de cuartos de final; se convirtió en un evento histórico que demostró el cambio de poderes en el fútbol europeo.

Antecedentes
Trayectoria del Bayern Múnich
El Bayern Múnich llegó a este encuentro tras una temporada impresionante bajo la dirección de Hansi Flick, quien había tomado las riendas del equipo en noviembre de 2019. Bajo su liderazgo, el Bayern no solo había ganado la Bundesliga y la DFB-Pokal, sino que también mostró una forma devastadora en Europa, aplastando a sus oponentes con un fútbol ofensivo y de alta presión. Su camino hacia los cuartos incluyó una victoria memorable de 7-1 en el global contra el Chelsea en los octavos de final.

Trayectoria del Barcelona
Por otro lado, el Barcelona había tenido una temporada de altibajos bajo la dirección de Quique Setién, quien había sido nombrado en enero de 2020 tras la destitución de Ernesto Valverde. A pesar de contar con talentos de la talla de Lionel Messi, el equipo mostraba una inconsistencia preocupante. Su paso a cuartos fue menos dramático, asegurando un 4-2 en el global contra el Napoli, pero con pocas señales del dominio que históricamente caracterizaba al club catalán.

Expectativas Pre-partido
Las expectativas antes del partido eran mixtas. Si bien el Bayern era favorito dada su forma reciente, pocos anticipaban la magnitud de la victoria que se avecinaba. El Barcelona, con su rica historia en la Champions League y jugadores de clase mundial, siempre era visto como un contendiente peligroso. Sin embargo, las dudas sobre su cohesión y estrategia defensiva eran temas de amplio debate entre analistas y aficionados.