Al nacer, cada ser humano trae consigo el equivalente a dos sobres cerrados.
Contienen una lista de las riquezas que puede disfrutar tomando posesión de su mente y utilizándola para obtener las cosas que desea en la vida, y una lista de las sanciones que la naturaleza le impondrá si se niega a reconocer y utilizar el poder de su mente.
La naturaleza desaconseja y penaliza dos cosas: (1) el vacío, la vacuidad; (2) la ociosidad, la falta de acción.
Una de dos, o utilizas tu cerebro para el pensamiento controlado en relación con aquello que quieras, o la naturaleza interviene y lo utiliza para hacer que crezca en ti una maravillosa cosecha de circunstancias negativas que no quieres.
En este sentido, la elección es tuya. Puedes tomar posesión del poder de tu pensamiento, o puedes dejarte influenciar por el viento del azar y las circunstancias que no deseas.