Hoy confluyen en nuestro programa Icíar Bollaín y Pilar Palomero: dos grandes directoras con miradas certeras- casi rayos láser- de nuestra realidad, y que vienen a presentar Soy Nevenka y Los Destellos, respectivamente.
Hace 30 años, Bollaín debutó en la dirección con Hola ¿Estás sola? (1995), y desde entonces, ha clavado el sustrato machista de la sociedad con películas como Te doy mis ojos (2003) en el que retrataba el maltrato privado. Nos cuenta Icíar que Soy Nevenka – el caso del exalcalde de Ponferrada, Ismael Alvárez, primer político condenado en firme por un caso de acoso- le ha hecho plantearse que en su generación las mujeres aceptaban con naturalidad el acoso en grados leves como parte natural de la vida.
Icíar también recuerda la razón de ser de la fundación de la asociación de mujeres cineastas, CIMA, en 2006, cuando las directoras de su generación se dieron cuenta de que no había relevo, y por eso hicieron se asociaron para dar visibilidad a las cineastas creando premios como el “Esquenohay” para escarnio de los festivales machistas que no programaban mujeres, y recibían un listado con nombres de mujeres en la dirección y otros cargos.

La aragonesa Pilar Palomero se ha convertido en una de las grandes directoras de su generación, que, junto a Carla Simón, Clara Roquet o Celia Rico, han revolucionado el cine español de los últimos años. Los Destellos, su tercer largometraje, es una luminosa reflexión sobre la despedida y la muerte. Su cámara sosegada y paciente, capta la evolución emocional de Patricia López Árnaiz ante el inminente fallecimiento de su expareja, interpretada por un soberbio Antonio de la Torre. Uno de los momentos milagrosos de Los Destellos es la escena – sin guion- con un equipo de cuidados paliativos, liderado por el doctor Iglesias, que da la frase que define la historia y la existencia misma: “La presencia de la muerte hace que la vida sea más interesante”. Ellas son mi Sensei.