Hoy les platico sobre como iniciamos la costumbre de no comprar árboles muertos en Navidad. Nuestros àrboles navideños familiares siempre han sido árboles vivos que después sembramos. El día de hoy tenemos resultados increíbles. Grandes árboles en Mesa del Roble que hace 30 años eran unos guiñapos de árbol y que al principio causaban un poco de desencanto en nuestros hijos ya que nuestras compras no coincidían con las imágenes de la publicidad navideña. Cada año se venden y compran millones de árboles que a principios de enero son basura tirada en las calles y si bien les va son composteados. Que gran diferencia habría en el mundo si cada navidad se aprovechara para reforestar la Tierra sembrando esos millones de árboles. ¿Cómo ven esta propuesta?