Una buena comida y un buen vino hacen de ambos un maridaje excepcional, un buen taco tradicional, regional, ranchero, placero, o como lo quieran llamar, particularmente los fines de semana cuando se visitan ciertos lugares de la provincia mexicana, complementan el disfrute del paseo.
En Zinacantepec se disfruta el sabor y calidad, además del servicio, de comer cecina, chorizo con almendras y tradicional, carnitas, chicharrón, nopalitos y tlacoyos de haba, papas o frijoles. Mucha gente ha disfrutado sus paseos a dicho lugar y en trayecto hacia el volcán Xinantécatl o “nevado de Toluca”, a Valle de Bravo, Sultepec y sur del estado.
Históricamente ésta tradición se remonta a la época de que, al no haber muchos caminos, el comercio confluía en la ruta de Mesón Viejo, San Juan de las Huertas, Zinacantepec y Toluca; La gente que provenía de los alrededores del volcán y del sur del estado, realizaban actividades de venta de cosechas, de carne cecina, pan de "rancho", quesos, leña, carbón, etc., así como otras actividades vinculadas a negocios, estudios, salud, trabajo, etc. Estamos hablando de los principios del siglo anterior. La tradición sigue perdurando y hoy en día estas actividades tienen un valor turístico que beneficia el empleo y la economía de la gente de la región.
El edificio que ocupa el mercado, es obsoleto (data de principios del siglo pasado), con varias mejoras que no han sido suficientes y que no dignifican el lugar, siendo necesario realizar una completa transformación para tener un moderno mercado municipal, un centro de abasto, con espacios adecuados para locatarios, cuartos fríos y con estacionamiento de vehículos (público o preferentemente de cobro para su mantenimiento). No perdamos de vista el potencial turístico, la generación de empleos y derrama económica, por lo que es necesario procurar apoyos federales, estatales, municipales y participación del sector privado