Radioteatro Madre Elmina - Radio Escolar "La Pequeña Voz Estudiantil"
Colegio Santa Catalina - H.H. Dominicas del Santisimo Nombre de Jesús Colegio Santa Catalina - H.H. Dominicas del Santisimo Nombre de Jesús
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 Published On Sep 15, 2023

La radio escolar de Nivel Primario "La pequeña voz estudiantil", nos inivita a disfrutar del radioteatro sobra la vida y el testimonio espiritual de Madre Elmina.

Siguiendo el lema de este año, queremos recordar a nuestra Madre siendo cabezas que sueñan, corazones que cuidan y manos que sostienen.
El verano de 1886-87 encontró a Tucumán en una crisis sanitaria provocada por una epidemia del cólera que afectó a toda la población, especialmente a los sectores más vulnerables. La magnitud del flagelo superó las posibilidades de control del Estado provincial, la Iglesia local y diversas asociaciones se abocaron a la tarea de asistencia de los damnificados, sin que se pudiera resolver el problema de atención de las víctimas pequeñas.

Diálogos que transforman la vida...

La urgencia por solucionar el vacío institucional y encontrar un lugar adecuado para atender a los huérfanos, motivó al fraile dominico Ángel María Boisdron, a solicitar ayuda para los niños, a Elmina Paz de Gallo, quien a pesar de su reciente viudez no dudó en disponer de sus bienes, transformar su vivienda para acoger a los necesitados y aún más, asumir personalmente el cuidado de los huérfanos.

Diálogos fraternos y de confianza...

En la tarea de cuidar a los niños, Elmina no estuvo sola, muchas amigas y familiares la acompañaron y sostuvieron, especialmente su hermano Benjamín Paz, que en ese momento era senador nacional, representando a la provincia de Tucumán. Desde Buenos Aires, Benjamín ayudó a Elmina y a su obra en todos los aspectos organizativos del Asilo, junto a otro amigo, el doctor Ignacio Colombres, quién se ocupó de la salud de los niños.
La relación entre Elmina con Benjamín, sus diálogos y conversaciones en numerosas cartas, fue un verdadero sostén en estos gestos de solidaridad y cuidado de los niños huérfanos. Las cartas escritas entre ellos reflejan confianza, apertura de corazón e intimidad. Luego que el padre Boisdron la invita a poder involucrarse en la vida de los niños, recibe estas palabras de Benjamín:
"Si tú ves que puedes hacer esta obra tan grande, yo te ayudaré en todo lo que pueda."

28 de diciembre de 1886…

“¡Llegó el día de los Santos inocentes! Aquí en la casa de mamá Elmina como pronto la llamaran los niños y niñas.
La casa de doña Elmina ya tiene las puertas abiertas de par en par... el aroma a hirviente chocolate y las confituras hogareñas, inundado toda la casa.
El amigo de Elmina, que Fray Ángel María Boisdron celebró la Santa Misa en la capilla nuevamente arreglada, en donde se colocó una mesa llena de flores blancas y en ella la hermosa imagen de Jesús Nazareno en quien
Elmina depositaba su amor, sus anhelos sus esperanzas.
A las ocho de la mañana llegaron en un carro cuarenta niños de ambos sexos, algunos tan pequeñitos que hubo que buscarles nodrizas. ¡Había que verlos cuando llegaron! La señora y nosotras nos habíamos puesto en fila a la entrada, para ver a quien seguían los niños; pero todos corrieron abriendo sus bracitos hacia la señora, como si se dieran cuento de lo que la señora había de ser para ellos.
A todos se los llevó a la Capilla y ella postrada de rodillas como una verdadera madre a los pies del Divino Nazareno, le presentaba a cada uno de los niños, implorando su bendición, les hacía la señal de la cruz en la frente y los besaba, poniéndolos después a todos bajo la protección de la Virgen. En seguida se los bañó, se les cambió la ropa, y se quemó la que llevaron, sirviéndose en seguida su buen desayuno.
Fray Ángel María estaba contentísimo. Les trataba con cariño, les repartía medallas y caramelos, bendiciéndolos con gran benevolencia. Muy luego estuvo el Dr. Ignacio Colombres, quien inspeccionó a los niños y nos dio algunas indicaciones para cuidar de la salud de los mismos”.
(Testimonio de Tomasa Alberti)

La vida de Elmina estuvo llena de diálogos que transformaron su vida y la de su entorno, diálogos compasivos, de consuelo, de escucha atenta y corazón abierto que forjaron nuevos sueños y esperanzas.

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