Décimas inéditas. Recibí de Andrés A. Bello, el valioso regalo del canto de un poeta, intelectual y erudito, tan intrigante, rebelde, que marca en cada verso, un estilo único. Juan Antonio Alix, formó parte de una de las principales familias de Santiago de los Caballeros, nació el 15 de setiembre de 1833, escribiendo desde los dieciséis años, se hizo famoso desde joven. Emilio Rodríguez Demorizi nos dice: “De la ordenación cronológica de las composiciones de Alix, resultarían largas y animadas páginas de historia patria, y multitud de pintorescos cuadros de costumbres que se recogen, libres de aderezos, las actividades políticas y sociales. El más cabal representativo de Santiago, como los fuera Espaiilat y Bonó”. Con una humildad tan especial, caracterizada por los grandes, cuando terminó el homenaje a su estatua, fue al periódico “La información”, y se inició el famoso diálogo entre Alix y Tolentino: “Vengo a buscar mis cuartos…Pero cuáles cuartos papá Toño? Oh! Mis cuartos…Pero…Nada…Vengan mis cuartos…Que yo he resuelto comerme mi estatua”. Cualquier otra persona, apegada a la vanidad, exaltaría sus cualidades, mientras Juan Antonio Alix, se comió su estatua.”En los gobiernos pasados, los jefes que gobernaban, ellos mismos arreglaban moldes para diputado. ¡Causarás más lloro al país en general! ¿No es así amigo Vidal? Corroboro, corroboro”. Esta décima, una de sus más reconocidas, retrata la vida de los diputados en el congreso, su poca formación en el aspecto académico e intelectual, y su interés por la corrupción, una vez apostados en su curul, a tal punto que había que aprobar, absolutamente todas las mociones del poder político del momento y aprender a decir a viva voz: “Corroboro, corroboro”.#elimsepulveda #mislibrosleidos #loslibrosteeducan