Un auto pasa a toda velocidad por un charco con agua y ensucia a nuestra protagonista: una adolescente de 17 años que se encaminaba a una salida con amigas. El percance la lleva a buscar en un supermercado algún producto que pueda quitarle esas manchas. Desorientada frente a la góndola de los detergentes recibe el consejo de un joven unos años mayor que ella que le explica la diferencia entre los distintos productos y le dice cuál es el que necesita para solucionar su problema. Cuando la chica pregunta cómo sabe tantas sobre limpieza él le confiesa que es alumno avanzado de ingeniería química y agrega que si presta atención en casi todos los productos que se ofrecen en un supermercado interviene un profesional de la química y la invita a una charla informativa en la facultad. Un poco por inquietud, otro por reencontrarse con el joven, la chica se dirige a la facultad de ingeniería de la Universidad del Comahüe.