En Chile tenemos muchos tesoros que debemos cuidar y proteger, y uno de esos es nuestro oro blanco: la sal de mar. En las cuencas de Cáhuil, VI región, y Lo Valdivia, VII región, se produce desde hace 400 años la más delicada y saludable sal de mar, mediante técnicas ancestrales heredadas de generación y generación, que no sólo nos permiten tener un invaluable producto en nuestras mesas cada día, sino además ser un referente de calidad y sustentabilidad para el continente. Sin embargo, por la modernización de los proceso productivos, entre otras razones históricas, la sal de mar de Cáhuil y Lo Valdivia está pasando por momentos difíciles, que ponen en peligro su producción a futuro.