CAPITULO 1: LA PRIMERA PIEDRA
La Catedral de Burgos es la primera representación de la arquitectura gótica clásica en Castilla y toda España, y una de las obras cumbres del gótico español.
En 1075 el rey Alfonso VI y el papa Gregorio VII convirtieron a Santa María del Campo de Gamonal en sede episcopal, para años más tarde trasladarla a Burgos, dando continuidad canónica a la tradición episcopal de la diócesis de Oca destruida por los sarracenos, cuyo prelado figuraba desde el año 589, en la época visigótica, como signatario del III Concilio de Toledo.
Alfonso VI promovió la construcción de una catedral románica, dedicada a la Virgen, en el recinto que ocupaba el palacio real de su padre Fernando I y una pequeña iglesia en construcción dedicada a Santa María, finalizándose en el año 1096.
El 30 de noviembre de 1219 se casaron allí el rey de Castilla, Fernando III el Santo, y Beatriz de Suabia, hija del Emperador europeo Federico II de Suabia. Su escaso aforo y la incomodidad de los invitados motivaron el enfado de la novia, prometiendo el rey Fernando, de mutuo acuerdo con el Obispo D. Mauricio, construir la mejor y más grande catedral en el estilo gótico que se extendía por Europa. El obispo estudió en París y en sus viajes conoció las grandes catedrales francesas, la mayoría en construcción.
Para ello se ampliaría el solar con la demolición de unas viviendas contiguas donadas por el obispo Mauricio, para más tarde desmontar el antiguo edificio románico y seguir ampliando la nueva catedral.
El primer maestro que trabajó en ella pudo ser francés al traer el gótico clásico siguiendo los modelos de Notre Damme, en París, y las catedrales de Reims o Amiens.
La primera piedra se colocó el 20 de julio de 1221 cuando la comitiva oficial encabezada por el rey Fernando III y su esposa Beatriz coronados para la ocasión, fue recibida por el obispo Mauricio y el Cabildo al completo, junto con toda la ciudad reunida en torno a la antigua catedral románica.
Lo habitual era recorrer el perímetro del futuro templo en solemne procesión encabezada por el crucífero de la diócesis, pero estaba la antigua catedral, por lo que se marcó con zanjas excavadas sobre el terreno la planta de la cabecera y el crucero, que ya contaban con parte de los cimientos.
Bajo el repique de las campanas de la ciudad y el redoble de tambores y clarines el rey, junto al maestro de obras y el canónigo fabriquero, acompañaron al obispo en la bendición de agua bendita e incensó, del blanco sillar labrado de 22 arrobas de peso con una inscripción en latín que traducida decía: “Sobre esta piedra edificaré mi iglesia”. La escena está plasmada en piedra en uno de los machones del claustro catedralicio y la piedra bendecida en la actualidad es la base de uno de los cuatro enormes pilares que sostienen el cimborrio, el más pegado al coro entrando por la puerta del Sarmental.
La construcción se inició por la cabecera y el presbiterio. Desde la cantera de Hontoria, a 23 Km de Burgos, carretas de bueyes comenzaron a transportar los más de cinco millones de sillares necesarios de más 200 kilogramos, cortados a “bacalada” o serrotes de madera. Cada carreta soportaba una docena de ellos. Esta piedra caliza era extraída con mucha humedad, lo que la hacía fácil de trabajar. Con el paso del tiempo y el contacto con el aire, se creaba en ella una capa de carbonato cálcico, que la endurecía.
En los nueve primeros años se terminaron el coro-ábside, la cabecera hasta el transepto, avanzado las naves hacia los pies, pudiéndose celebrar culto desde 1230, y comenzándose a derribar la antigua catedral románica. El claustro fue uno de los pocos elementos que sobrevivió a la reforma constructiva. En 1238, tras morir D. Mauricio, fue sepultado en el presbiterio, aunque sus restos se trasladarían posteriormente al centro del coro actual. El Maestro Enrique, de origen galo, asumió la dirección de las obras sobre el año 1240 y decidió modificar la anterior cabecera, con un profundo presbiterio de tres tramos, rodeado de una amplia girola, a la que se abrirían cinco amplias capillas poligonales, precedidas por dos capillas rectangulares a cada lado. Tras concluirse la nave del crucero, completarse la nave central y las laterales, también se finalizaron sus portadas.
Los dos primeros cuerpos, portada y rosetón, de la fachada del Sarmental en el brazo sur de la nave transversal estaban concluidos en 1240, y hacia 1250 la galería de ventanales del tercer cuerpo. La fachada de Coronería o de los Apóstoles del brazo norte de la nave del transepto, se terminó hacia 1257, y la fachada principal, última en ejecución, fue realizada entre 1245 y 1260 por el maestro Enrique, excepto el remate de las torres y las agujas piramidales que se construirían entre 1442 y 1456 por Juan de Colonia.
En menos de 40 años la estructura esencial estaba terminada, consagrándose el templo dedicado a la Virgen en 1260.

Producción: PROYOU DIGITAL
Colabora: Cabildo de la catedral de Burgos.