Quinta Cumbre Latinoamericana del Agua para los Pueblos en territorio indígena y ancentral de las naciones preexistentes, comunidades del Moreno, Tumbaya, Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc.

Nos encontramos reunidos en la quinta cumbre latinoamericana del agua para los pueblos en defensa del agua, la vida, los derechos y soberanía de los pueblos reafirmando nuestro derecho propio indígena y derecho de incidencia colectiva adquiridos a nivel nacional e internacional para reflexionar, compartir y denunciar la situación de nuestros pueblos en el contexto actual.

En primera instancia declaramos que el agua es un elemento vital, sagrado y espiritual, que el agua es sujeto de derecho colectivo, que luchamos por el acceso al agua, que luchamos por descolonizar la mirada de los estados occidentales y las empresas que se apropian, mercantilizan y explotan el agua y la naturaleza como objetos, que luchamos por defender el agua como patrimonio de los ayllus, markas y pueblos, que el agua es dadora de vida y que tenemos un vínculo de reciprocidad y relacionalidad con el agua, criamos agua y el agua nos cría.

En segunda instancia declaramos que los pueblos indígenas seguimos sufriendo un genocidio, en Jujuy lo hemos vivido en la imposición de una reforma inconstitucional que ha sido experimento de laboratorio que hoy sirve a nivel nacional y a nivel mundial, en un contexto que se profundiza con el DNU 07023, la ley Bases, el RIGI y el decreto provincial de Minería 7751 que afecta a las 400 comunidades indígenas de Jujuy.

Dentro de este contexto las comunidades indígenas de Salta, Catamarca y Jujuy, que habitamos los salares de Salinas Grandes, Olaroz, Hombre Muerto, Tres Quebradas, Jama, Carachipampa, Río Grande, Arizalo, Positos, Pastos Grandes, Pular, Tolillar, Cauchari, Incahuasi y Laguna Guayatayor, nos encontramos en una situación extrema de invasión a nuestros territorios y saqueos de nuestra agua.

En tercera instancia denunciamos como principio general el rechazo a todas las actividades que no afirman la vida en el territorio y denunciamos específicamente a los estados locales que entregan el agua en los territorios, a los estados locales y nacionales que reprimen y persiguen a quienes habitamos y defendemos los territorios. Que la mega minería de litio está secando nuestros ríos, vegas, lagunas y salares. Que la mega minería de litio no ha traído ningún beneficio para nuestros pueblos. Que no queremos ningún tipo de explotación en nuestros territorios.

Rechazamos la instalación de la explotación de las petroleras offshore en el mar argentino. Rechazamos la extensión del agronegocio, el monocultivo y los agrotóxicos. Rechazamos el desmonte de bosque nativo en todo el país. Rechazamos todas las formas de extractivismo asociadas a la falsa transición energética. Rechazamos la entrega de la cuenca del río Paraná y de todas nuestras fuentes de agua. Rechazamos la presencia de MECOROT y todos los planes de privatización del agua de nuestros territorios.

Denunciamos la violación del convenio 169 de la OIT y el acuerdo de Estasú. En estos territorios no se respeta la consulta libre, previa e informada. Por el contrario, los gobiernos locales violentan, reprimen y corrompen estos procesos. Denunciamos que no se respeta la autonomía territorial de nuestras comunidades y nuestro derecho a decidir cómo vivir. Denunciamos que nuestros territorios son ofrecidos como zonas de sacrificio para abastecer las lógicas de consumismo de la sociedad occidental en el modelo capitalista.

En cuarto lugar, en nuestro proceso histórico que mira para atrás y mira hacia dónde vamos, contraponemos las historias de vida y de comunidad que nos cobijan en el Tawa-Inti-Suyu, Abya Yala o el Mapu o Almapu, frente a la modernidad occidental, a la colonización y el imperialismo, las viejas y nuevas formas de conquista. Proponemos, en primer lugar, que a partir de la próxima edición de este encuentro la cumbre pase a llamarse Cumbre Plurinacional del Agua para los Pueblos del Abya Yala.

Proponemos que la defensa del territorio es esencial para nuestra vida en base a la ganadería, la agricultura, el trabajo con la tierra, la producción, los alimentos y la salud. Respetar nuestras propias prácticas para producir y cuidar la vida. Decimos que la sal de nuestros salares es parte de nuestra vida.

Trabajar de manera profunda en la recuperación de nuestras lenguas y la creación de nuevos lenguajes para salir de las trampas del occidente y sus conceptos. Proponemos construir una red de abogados para revisar la legislación en materia de protección territorial, agua y derechos para una estrategia legal coordinada a nivel internacional.

Exigimos políticas públicas que potencien nuestras producciones regionales que son una alternativa real y existente de sostenibilidad y autonomía económica. Validamos los protocolos de consulta vigentes como el KachiYupi, Pachajalcaspa y el del pueblo Ocloya.