Las lecciones que seguirán, tienen como propósito ubicar y orientar a los miembros de nuestra
iglesia, en relación a nuestra posición como cristianos, en nuestra ciudad, y en el mundo.
En el mundo actual, donde reina la confusión y el desinterés por la definición, se hace urgente
retomar nuestra convicción y nuestra declaración de fe, pues sabemos que el Señor nos advirtió
que en los postreros días vendrían aumentos en sectas y mandamientos de hombres que
acarrearían a la mentira y al desvío de la sana doctrina. El Salmista dijo en Salmos 12:7-8 “Tu,
Jehová, los guardarás; de esta generación los preservarás para siempre. Cercando andan los
malos, cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres.”
Pablo le dijo a Timoteo I Ti 4:16 “ten cuidado de ti mismo y DE LA DOCTRINA” así que, hemos
de valorar nuestra posición denominacional, con el fin de saber dónde estamos y por qué
creemos lo que creemos y hacemos lo que hacemos.
No tenemos la intención de ser pretenciosos u orgullosos menospreciando a los demás, pero sí
deseamos mirar el piso donde estamos parados.
Para este estudio partiremos aclarando la diferencia que hay entre una secta y una
denominación, con el fin de ser lo más claro posible.