En la religión Yoruba, Olofin es considerado el ser supremo y el creador de todo lo existente. Olofin es venerado como una deidad suprema y representa el principio divino que está por encima de todas las demás deidades y fuerzas espirituales.

Olofin es considerado el creador del universo y de todas las criaturas que lo habitan. Se le atribuye la responsabilidad de establecer el orden y la armonía en el mundo. Olofin es considerado como el padre de todos los orichas y deidades en la religión Yoruba, y se le reconoce como el origen de todo poder y autoridad espiritual.

Dentro de los rituales y prácticas religiosas, Olofin no es invocado directamente como otras deidades. En su lugar, los seguidores de la religión Yoruba se dirigen a las deidades principales y a los orichas intermediarios para comunicarse con Olofin y buscar su favor y bendición.

En algunas ramas de la religión Yoruba, Olofin es sincretizado con la figura del Dios cristiano. Esto ha ocurrido debido a la influencia del sincretismo religioso que tuvo lugar durante la época de la colonización, cuando los esclavos yorubas en las Américas adaptaron su fe a las prácticas y creencias cristianas.