NUEVE MESES EN EL MACHETE
Cincuenta mil kilomentros en campaña con el ingeniero Heberto Castillo en el autobús de prensa EL MACHETE. 1987-1988

Realización y fotografías: Enrique Villaseñor
Melodía tema: Javier Castillo.

La campaña presidencial del ingeniero Heberto Castillo
Una gesta periodística y fotográfica
No se si fue la fortuna o uno de esos regalos maravillosos que nos da el ejercicio del periodismo. El caso es que en 1987, al inicio de las campañas presidenciales en México, un grupo de periodistas y fotorreporteros de distintos medios informativos tuvimos la oportunidad de acompañar al ingeniero Heberto Castillo, candidato del Partido Mexicano Socialista a la presidencia, durante sus giras a bordo de dos autobuses: “El Socialista” en el que él viajaba con algunos dirigentes partidistas e invitados eventuales, y “El Machete”, que transportó a los informadores que estuvimos asignados a la campaña.
“El Machete” fue bautizado así en memoria del periódico dirigido por Xavier Guerrero, Fermín Revueltas, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros que en 1925 pasó a ser el órgano de difusión del Partido Comunista Mexicano.
Así, los dos vehículos partieron de la ciudad de México para iniciar la campaña, que fue una gran aventura de militancia, periodismo y fotografía, una cruzada peculiar e inolvidable merced a la intensa relación personal, de identificación política, solidaridad y respeto con el ingeniero -El rayo plateado de Ixhuatlán, le decíamos con cariño los periodistas- y a la convivencia, amistad, espíritu gremial y entusiasmo entre comunicadores que, reporteando, redactando, fotografiando, la protagonizaron, transmitiendo noticias en los interminables recorridos por toda la república, trabajando en condiciones muy difíciles, pero a menudo pintorescas.
Los periodistas de “El Machete” transmitían las noticias y las imágenes a través de líneas telefónicas conectadas en los postes de plazas y calles. Los fotógrafos revelábamos rollos e imprimíamos en un minúsculo cuarto oscuro, instalado al fondo del vehículo, pequeñas fotos en blanco y negro que eran transmitidas por telefax, como los textos y las crónicas, a los medios representados.
Nunca olvidaremos lo que fue trabajar en ese diminuto espacio carente de agua corriente y ventilación. El frío intenso o el agobiante calor en poblaciones emplazadas a lo largo de caminos, cordilleras y desiertos enmarcaron el lavado y secado de películas en las fuentes de los parques, tendederos improvisados, ramas de los árboles o en el interior de mismo vehículo. Así transcurrieron días y noches de una memorable campaña presidencial: cincuenta mil kilómetros de paisajes, ciudades, plazas, kioscos, mítines, personajes populares, partidas de dominó, siestas, convivencia y actividad profesional.
El final de la gesta del ingeniero Castillo fue su dimisión como candidato del PMS -bellamente descrita por el periodista Gerardo Galarza para la revista Proceso- en favor del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional, quien obtendría la mayoría en las votaciones de la contienda a nivel nacional. Pero como todos sabemos, la campaña presidencial terminó con un histórico fraude electoral que impuso a Carlos Salinas De Gortari en la presidencia.
Hoy, luego de tres décadas, más allá del desencanto y la frustración generada por el resultado de aquella elección, el corolario es el compromiso, claridad política, generosidad, inteligencia y buen humor del ingeniero, así como las múltiples anécdotas e imágenes que testimonian su fuerza de convicciones y aguerrido espíritu de lucha que conservamos en nuestros acervos y en nuestra memoria: toda una lección de integridad como punto de partida para ejercer y asumir la mística de la profesión para quienes tuvimos la fortuna de recorrer esos cincuenta mil kilómetros… ¡Se dice fácil, caray, pero fueron cincuenta mil kilómetros al lado de ingeniero!.

Enrique Villaseñor
Ciudad de México
Abril 2017

www.enriquevillasenor.com
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