En lo más profundo de la selva panameña, a orillas de un río, donde ningún auto ha pisado jamás, medio centenar de indios emberá, uno de los pueblos indígenas de Panamá, viven en la aldea de Mogue. No tienen electricidad, apenas comunicaciones, sólo agua natural y alimentos del bosque. Dicho esto, su comunidad es un ejemplo de democracia real, y su cultura es un ejemplo de cómo las empresas y la globalización están acabando rápidamente con la identidad, las lenguas y las tradiciones.
Gente sorprendentemente agradable, honesta y abierta que probablemente esté viviendo su última década a la manera tradicional de una cultura que está desapareciendo.