La mejor forma de llevar a cabo una labor es amarla, respetarla y sentirse orgulloso de ella.

Celebrar el orgullo de ser enfermera o enfermero no se limita a una fecha en especial porque cada día y cada noche, cada vez que florece o se extingue la vida …siempre hay una enfermera o un enfermero que con orgullo, honor, esmero y dedicación asumen el compromiso de cuidar la salud y la vida

El orgullo y el poder de la enfermería se conectan con el valor histórico de una práctica social que ha trascendido del entorno doméstico a una disciplina profesional que desde la perspectiva filosófica humanista defiende el cuidado como patrimonio social.

La construcción histórica de la enfermería no ha sido fácil, la persistencia, disciplina y resiliencia de las mujeres pensadoras, luchadoras y emancipadoras que han forjado la enfermería moderna como una profesión que aún en medio de la adversidad, tiene la capacidad de defender el cuidado como un bien social que promueve no sólo mejores condiciones de salud, sino la transformación hacia una sociedad más equitativa, solidaria y en paz.
La ventaja esencial de las dificultades y los conflictos radican en la revelación de la capacidad que tiene la enfermería de levantarse y mantenerse en pie.

Ser enfermera o enfermero representa años de estudio, esfuerzo y dedicación, que más allá de la vocación y la labor compasiva, se traducen en el entendimiento de las complejas dimensiones humanas. En este propósito, la intersección de la abogacía, el acompañamiento, el estudio constante y la indagación son los medios para que arte, ciencia y ética confluyan para que el cuidado sea pertinente, eficaz y seguro.

La esencia del cuidado humano cobra sentido en la naturaleza interactiva y transformativa de las vidas, las realidades y las sociedades.

Son múltiples los retos de la enfermería de cara al futuro: las sociedades y el mundo claman por enfermeras y enfermeros que sean agentes sociales de cambio.
El compromiso de cuidar debe trascender de lo humano y enfocarse hacia el cuidado del medio ambiente como estrategia que garantice la supervivencia de la especie.
Hoy más que nunca, el orgullo de ser enfermero o enfermera nos debe impulsar a trabajar de manera colectiva y solidaria para que cada vez haya más y mejores garantías y reivindicaciones sociales y laborales.

¡Es tiempo de avanzar y redirigir la historia de la enfermería colombiana!

Celebremos juntos el orgullo, el honor y el poder de ser enfermeras y enfermeros…

ENFERMERÍA HOY, ENFERMERÍA MAÑANA, ¡¡¡ENFERMERÍA SIEMPRE!!!

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