Quienes trabajamos por la defensa de los derechos humanos en el Sur Global muchas veces lo hacemos de forma dispersa, en soledad o sin aprovechar las redes en las que podríamos apoyarnos. Las distancias y la dificultad para articular nuestros esfuerzos muchas veces no producen los efectos esperados. Por eso, en Dejusticia quisimos aprovechar todo nuestro conocimiento en investigación social y jurídica para crear la Escuela D: una escuela práctica de derechos humanos.