El reduccionismo identitario se refiere a la tendencia de ciertos movimientos contemporáneos a simplificar la complejidad del ser humano al centrarse exclusivamente en aspectos como el género o la sexualidad. Al enfocar la identidad en estas dimensiones únicas, se pierde de vista la riqueza multifacética del individuo, despojándolo de su totalidad y reduciéndolo a una única característica o preferencia. Este fenómeno no solo fragmenta la identidad humana, sino que también promueve una hipersexualización, donde las personas son definidas casi exclusivamente por su orientación sexual o género, ignorando otros aspectos cruciales de su ser, como sus valores, emociones, pensamientos y experiencias.