A Esperanza, como a todo bebé, le gusta mucho tomar su leche!

Cada vez que vemos lo contenta que se pone Esperanza al tomar en su mamadera su leche, recordamos de donde fue rescatada y el destino que tenía al haber nacido en una lechería. En estos lugares, los terneros son separados al momento de nacer de sus madres para poder destinar toda la producción de leche al consumo humano y son criados en pequeñas jaulas individuales donde se les alimenta con sustituto de leche a través de sondas y baldes. Cada vez que hemos ingresado a la sección de crianza de terneros en diferentes lecherías nos hemos encontrado con la misma realidad: decenas de bebés llamando desconsoladamente a sus madres y lamiendo las rejas de sus jaulas en el afán desesperado de satisfacer su necesidad de mamar.

La producción de leche causa sufrimiento y destroza familias. Cambiar de hábitos alimenticios es muy sencillo y para los demás animales supone la diferencia entre la felicidad y el sufrimiento y , entre la vida y la muerte.

Colaboremos para que haya más realidades como la que muestra este video, y tomemos conciencia de que el consumo de productos lácteos implica el sufrimiento de miles de bebés con las mismas ganas de vivir y ser feliz que la hermosa Esperanza.